En su calidad de obispo diocesano de Rancagua, Mons. Alejandro Goic hizo un llamado a salvaguardar el respeto por la vida, a propósito de la muerte de la Sra. Edith Morales, testigo de Jehová, quien se negó someterse a una transfusión de sangre porque su confesión religiosa no se lo permitía.
En una declaración titulada “Por la vida siempre”, Mons. Goic explica que los Testigos de Jehová apoyan su creencia de la prohibición de dicho tratamiento médico en textos del Génesis (9,4), Levítico (17,11) y el que se ha citado en este caso, tomado de los Hechos de los Apóstoles 15, 28-29: “Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponerles otras cargas que éstas indispensables: abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre, de los animales estrangulados y de la impureza”.
Al respecto, el obispo de Rancagua aclara que “Jesucristo nos enseñó que las antiguas prohibiciones de alimentos ya no tienen sentido en la Nueva Alianza. ´El Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo´ (Rom. 14,17)”. “La Sagrada Escritura no se opone a este tipo de terapia que, por otra parte, era desconocida en tiempos de Jesús. Jesucristo nos enseña, que dar la vida por los hermanos, es muestra suprema de amor”, agregó Mons. Goic.
La libertad religiosa nos invita a respetar la conciencia de los demás, sin embargo, debemos proteger la vida que Dios nos ha regalado. “A ejemplo de Cristo, podemos dar nuestra vida por amor al prójimo. `Nadie tiene más amor que el que da su vida por sus amigos´ (Jn. 15,13).
Por ello, afirmamos con fuerza `la vida siempre´”, concluyó.
Fuente: Prensa CECh, 23/07/2008
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