El Concilio Vaticano II (1962-1965) fue un esfuerzo de llevar la Iglesia al mundo moderno, sin embargo esto no fue suficiente y llegó demasiado tarde para muchos.
Mientras la Iglesia trataba de hacerse relevante, la mente moderna estaba ya entrando en una nueva era caracterizada por el desenlace de la Ilustración y la venida de lo que llamamos el postmodernismo.
Innumerables personas, especialmente la juventud, han dejado todas las certezas del pasado: religiosas, científicas, culturales, políticas e históricas. Vivimos en tiempos de gran escepticismo sobre cualquier ideología o autoridad, con cada vez más Católicos alienados de la Iglesia, sin poder encontrar significado en las rituales y el lenguaje de una religión que experimentan como desprovista de relación alguna con sus vidas. Abuelos perplejos ven a sus hijos y nietos participando en centros de espiritualidad no-tradicionales o eligiendo reuniones seculares en lugar de prácticas sacramentales católicas. Muchos rechazan las enseñanzas de la Iglesia que encuentran inconsistentes con su experiencia personal, tanto al nivel interpersonal como sexual, e ignoran las proclamaciones de la Iglesia sobre los principios y la terminación de la vida.
Innumerables personas, especialmente la juventud, han dejado todas las certezas del pasado: religiosas, científicas, culturales, políticas e históricas. Vivimos en tiempos de gran escepticismo sobre cualquier ideología o autoridad, con cada vez más Católicos alienados de la Iglesia, sin poder encontrar significado en las rituales y el lenguaje de una religión que experimentan como desprovista de relación alguna con sus vidas. Abuelos perplejos ven a sus hijos y nietos participando en centros de espiritualidad no-tradicionales o eligiendo reuniones seculares en lugar de prácticas sacramentales católicas. Muchos rechazan las enseñanzas de la Iglesia que encuentran inconsistentes con su experiencia personal, tanto al nivel interpersonal como sexual, e ignoran las proclamaciones de la Iglesia sobre los principios y la terminación de la vida.
Por Kathy Gilfeather, CISOC-Bellarmino
ver más en http://www.cisoc.cl/ Centro de Investigaciones Socio Culturales dependiente de la Compañía de Jesús y en www.iglesia.cl
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